Cuenta la historia de la ciudad de Lules que la ferviente devoción por la Virgen del Valle comenzó un 26 de noviembre de 1923, cuando un labrador halló en la zona conocida como La Reducción una imagen de ella enterrada.
En ese lugar, en medio de un campo de caña de azúcar, se encuentra una pequeña ermita en el lugar original donde apareció la Virgen. Allí concurren cada año cerca de 3000 peregrinos a celebrar las fiestas patronales (el gobernador, Juan Manzur, recorrió la zona junto con el intendente de Lules, Carlos Gallia, antes de emprender viaje a Brasil).
La idea del municipio para revalorizar el lugar y hacerlo más accesible a los creyentes y turistas prevé la ampliación del pequeño santuario, que será construido como una réplica del Santuario de la Virgen del Valle popularmente conocido por los festejos de la inmaculada Concepción que se realizan allí cada 8 de diciembre.
El circuito religioso luleño forma parte de los atractivos turísticos del municipio y de la Ruta de la Fe, un recorrido por los principales templos religiosos con valor artístico y arquitectónico ideado por Ente Tucumán Turismo. Cada 8 de diciembre cerca de 150 mil personas llegan a pie desde todo el país a Lules, para venerar a la Virgen.
El intendente Carlos Gallia destacó que Lules cuenta también con varias opciones para toda la familia: la Quebrada de Lules y su balneario, el turismo aventura, las ruinas de San José, la Iglesia Fundacional, el oratorio de San Antonio de Padua, la Casa de la Cultura y los diferentes festivales y eventos locales, como la Fiesta de la Virgen del Valle, “Lules canta a la Patria”, la Expo Productiva y las fiestas por San Isidro Labrador.