El 25 de noviembre de 2020, el mundo perdió a Diego Armando Maradona, una leyenda del fútbol y un ícono cultural. Cuatro años después, su legado sigue vivo en millones de corazones, recordado como símbolo de pasión, lucha y genialidad.
Desde Villa Fiorito hasta debutar a los 15 años en Argentinos Juniors, brilló en Boca Juniors, Barcelona, y alcanzó la cima en Napoli, donde ganó su primer Scudetto y se convirtió en un símbolo de esperanza para el sur de Italia.
En en Mundial de México 1986 tuvo su actuación legendaria, en la que pasaría a ser parte de la historia del fútbol mundial. Con una actuación superlativa, que incluyó el “Gol del Siglo” y la “Mano de Dios”, llevó a Argentina a ganar el campeonato y se consolidó como héroe nacional.
Su lucha contra las adicciones y sus problemas de salud no opacaron su autenticidad ni su amor por las causas populares. Este carácter lo hizo cercano al pueblo, que lo admiró por su perseverancia y humanidad.
El Último Amor: Gimnasia y Esgrima La Plata
En su etapa final, Maradona dirigió a Gimnasia y Esgrima, revitalizando al equipo y salvándolo del descenso. Su llegada desató una revolución: miles de nuevos socios, homenajes en estadios y una conexión profunda con los hinchas, que lo recuerdan como un símbolo eterno del club.
Un Legado Inmortal
Murales, documentales, el Estadio Diego Armando Maradona en Nápoles, y un museo en su nombre son el reflejo de lo que significa alrededor del mundo. Su vida y carrera siguen siendo fuente de películas, libros y canciones.
Maradona representó a los humildes y a los que desafían las adversidades, dejando una huella imborrable en Argentina y el mundo.
A cuatro años de su muerte, Diego Maradona continúa uniendo a las personas a través del fútbol y su memoria, trascendiendo generaciones como una figura mítica que seguirá viva para siempre.