El gobernador, Juan Manzur, supervisó este lunes la carga de 12 camiones con 250 toneladas de limones tucumanos que partirán por tierra desde el Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo hacia Chile, para luego ser embarcados hacia Canadá y Hong Kong.
Cabe destacar que la cámara de frío del Aeropuerto fue creada para la exportación de arándanos, sin embargo puede ser aprovechada para la comercialización a otros países de diferentes materias primas y para recibir las cargas de importaciones que llegan directamente a Tucumán, como las de autopartes, entre otros artículos.
“Es una gran posibilidad de seguir creciendo y habilitar esto como una terminal para funcionar todo el año. Es un gran trabajo mancomunado y va a impactar positivamente en el trabajo de la provincia”, señaló el Gobernador. Y agregó: “Tenemos que seguir generando oportunidades, cuidando permanentemente a toda nuestra gente a los grupos más vulnerables y prestando el máximo de atención”.
Segun Pablo Pablo Padilla, gerente de la empresa Padilla Citrus, el procedimiento desde la terminal aérea permite que la fruta llegue en menos tiempo a puertos del mundo. La citrícola tucumana es la primera en consolidar su exportación en la cámara de frío del aeropuerto.
“Estamos bajando casi 20 días de navegación con respecto a la salida por los puertos de Buenos Aires y a Canadá también estamos reduciendo unos 25 días. Esto nos permite tener más semanas de mercado para nuestra fruta”, contó.
En este sentido, el productor aseguró que cada vez más toneladas de fruta salen directamente de Tucumán. “Es muy importante ya que es trabajo para los tucumanos porque las empresas limoneras destinan muchos recursos a pagar servicios en los puertos de Buenos Aires y de a poco eso está empezando a quedar en la provincia”, afirmó.
Protocolo de salida
Marcelo De la Rosa, gerente de la Terminal de Cargas Argentina (TCA), explicó que en el aeropuerto reciben la carga que llega desde los empaques para luego almacenarlos. Además, garantizó que las instalaciones de la terminal aérea están preparadas para conservar la sanidad del producto.
“Aquí quedan a la espera de los análisis que realiza el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la documentación de la Aduana para luego liberarse para su exportación. Una vez que ocurre todo eso, lo cargamos en los contenedores que van directo al puerto y de ahí al país destino”, contó.