En la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad Nacional de Tucumán, se llevó a cabo la Campaña Universitaria de Concientización en Salud, con stands de prevención, exámenes y asesoramiento sobre la presión arterial, control de la glucemia, consejos sobre alimentación saludable, actividad física y cuidado del pie.
Medios UNT dialogó con Cristina Arellano, docente de la Escuela de Enfermería, y quien está a cargo de la cátedra de Enfermería Clínica del Adulto y del Adulto Mayor. La profesional explicó la importancia de prevenir y tratar la presión arterial, la edad recomendada para iniciar los chequeos, los factores de riesgo, tratamientos y brindó algunos consejos saludables sobre la alimentación y la actividad física.
La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a todas las arterias del organismo, se produce cuando la sangre ejerce una fuerza anormalmente elevada contra la pared de las arterias en forma constante. La presión arterial normal, en el caso de la mayoría de los adultos, se define como una presión sistólica de menos de 120 y una presión diastólica de menos de 80. Si bien es un problema de salud importante que es común en las personas mayores, todos pueden sufrir esta enfermedad, incluso niños y adolescentes. Lo ideal es controlarse periódicamente como prevención, ya que a menudo, la presión arterial alta -que a veces se conoce como “la asesina silenciosa”- no causa ningún síntoma.
Si la presión arterial alta no se controla con cambios en el estilo de vida y medicamentos, puede provocar problemas graves de salud, como enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares; demencia vascular, problemas en los ojos y enfermedades de los riñones, entre otras.
Síntomas
Más allá que se puede tener presión arterial alta durante años sin presentar ningún síntoma, algunas de las señales a tener en cuenta son las siguientes:
Dolores de cabeza
Dolor en el pecho
Falta de aire
Agitación a pequeños esfuerzos
Mareos
Visión borrosa
Sangrados nasales
Sin embargo, estos indicios no son específicos y suelen aparecer cuando la presión arterial alta alcanzó un estado grave o que pone en riesgo la vida.
Factores de riesgo
Edad y sexo: el riesgo de tener presión arterial alta, aumenta con la edad. Antes de los 55 años, los hombres tienen una mayor probabilidad de tener presión arterial alta. Las mujeres son más propensas después de la menopausia.
Antecedentes familiares: la presión arterial alta puede ser hereditaria en el caso de algunas familias.
Raza: la presión arterial alta es particularmente común en las personas de piel negra y parece a una edad más temprana que en las personas de piel blanca.
Obesidad o sobrepeso: el exceso de peso provoca cambios en los vasos sanguíneos, los riñones y otras partes del cuerpo. Estos cambios suelen aumentar la presión arterial.
Consumo de tabaco o vapeo: fumar aumenta la presión arterial durante un breve período. El tabaco daña las paredes de los vasos sanguíneos y acelera el proceso de endurecimiento de las arterias.
Exceso de sal (sodio): A medida que la persona envejece, el cuerpo y la presión arterial se vuelven más sensibles a la sal. Este exceso de socio en el cuerpo puede provocar la retención de líquidos, lo que implica un aumento de la presión arterial.
Consumo excesivo de alcohol: el consumo de alcohol está asociado con la presión arterial elevada.
Niveles bajos de potasio. El potasio ayuda a equilibrar la cantidad de sal en las células del cuerpo. Un equilibrio correcto de potasio es importante para una buena salud cardíaca.
Falta de ejercicio: No hacer ejercicio puede causar un aumento de peso. Las personas que no hacen actividad física suelen tener una frecuencia cardíaca más elevada.
Otros factores: embarazo, estrés, ciertas afecciones crónicas como la apnea de sueño, la diabetes, entre otras.
Consejos para controlar la presión arterial
La enfermera Arellano remarcó que más allá de los tratamientos medicamentosos a los que se puede recurrir, hay varios cambios en el estilo de vida que se pueden hacer para ayudar a prevenir o reducir la presión arterial alta:
Mantener un peso saludable: el sobrepeso aumenta el riesgo de presión arterial alta.
Ejercicio: la actividad moderada puede reducir la presión arterial alta.
Dieta saludable: una dieta balanceada de verduras, frutas, cereales o granos, proteínas, productos lácteos y aceites puede reducir su presión arterial.
Reducir el exceso de consumo de sal, alcohol y estrés, dormir bien por la noche (ronquidos, apneas, entre otros pueden ser señales de alerta), también son requisitos necesarios a tener en cuenta. En cualquier caso, siempre hay que consultar al médico antes de empezar una dieta, practicar ejercicios, y más.