El gobierno chino anunció una reducción en los estrenos estadounidenses como respuesta a las nuevas medidas comerciales impulsadas por Estados Unidos.
China responde con restricciones cinematográficas a la suba de aranceles de EE.UU.
El reciente aumento de aranceles impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump tuvo un efecto directo en la industria del cine. Como respuesta, China anunció que reducirá la cantidad de películas de Hollywood que se estrenarán en su territorio.
El mercado chino es clave para la industria cinematográfica estadounidense, ya que representa el segundo mayor en volumen de taquilla después del propio Estados Unidos. Grandes estudios como Warner, Universal y Disney dependen en gran medida del éxito de sus películas en China, que aún se recupera del impacto de la pandemia.
La Administración de Cine de China, a través de un comunicado oficial, expresó que la medida es una reacción a lo que consideran un “error” por parte del gobierno estadounidense. “Seguiremos las reglas del mercado, respetaremos la preferencia del público y reduciremos moderadamente la cantidad de películas estadounidenses importadas”, indicó un vocero.
Además, el mismo comunicado destacó: “China es el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo y siempre nos hemos mantenido fieles a una alta apertura al exterior. Presentaremos más películas excelentes del mundo para satisfacer la demanda del mercado”.
La decisión china surge luego del aumento del 125% en los aranceles a productos chinos decretado por Trump. Como respuesta, China subió en un 84% los aranceles a los productos estadounidenses.
En este contexto, el país asiático busca ampliar sus relaciones con otras industrias cinematográficas, especialmente de Europa y América Latina, con quienes ya mantiene vínculos comerciales. Argentina aparece como una potencial alternativa.
Hasta ahora, los acuerdos bilaterales permitían la exhibición de 34 películas extranjeras al año en China bajo un sistema de participación en ingresos, donde los estudios recibían un 25% de lo recaudado en taquilla. La nueva decisión pone en jaque este esquema y podría redefinir el mapa global del cine comercial.