Saleh Al Aruri, el segundo al mando de Hamás, fallece en un bombardeo cerca de Beirut, atribuido a Israel según funcionarios libaneses y el propio movimiento palestino.
El número dos de Hamás, Saleh Al Aruri, perdió la vida este martes en un bombardeo cerca de Beirut, atribuido al ejército israelí, según anunciaron el movimiento palestino y funcionarios de seguridad libaneses. El trágico suceso ha intensificado las preocupaciones sobre la escalada del conflicto que enfrenta al ejército israelí con los combatientes del grupo islamista en Gaza.
Al Aruri, quien se encontraba exiliado en Líbano, fue alcanzado por el ataque junto a sus guardaespaldas en el sur de Beirut, un bastión del movimiento proiraní Hezbolá, según informaron dos funcionarios de seguridad libaneses. El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, denunció el incidente como un «acto terrorista» y afirmó con firmeza que el movimiento palestino «nunca será vencido».
La agencia nacional de noticias libanesa (Ani) reportó que al menos siete personas perdieron la vida en el bombardeo, el cual se llevó a cabo mediante un dron. Haniyeh, por su parte, señaló que dos líderes de las brigadas de Ezedín al Qasam, el brazo militar de Hamás, y otros cuatro altos miembros del grupo también perecieron en el ataque.
Abstención israelí
Consultado por AFP, el ejército israelí se abstuvo de comentar sobre las «informaciones de medios extranjeros». El portavoz del cuerpo armado, Daniel Hagari, destacó la preparación del ejército ante «cualquier escenario».
La muerte de Al Aruri aviva los temores a una conflagración regional, más de dos meses después del inicio de la guerra entre Israel y Hamás, que ha dejado un saldo de 1,140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes. En el mismo contexto, el presidente francés, Emmanuel Macron, instó a Israel a «evitar cualquier actitud escalatoria, particularmente en Líbano», según informó el Palacio del Elíseo.
El conflicto estalló el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista en Israel, que resultó en la muerte de 1,140 personas y el secuestro de al menos 250, más de 100 de las cuales siguen retenidas en Gaza, según las autoridades israelíes. En respuesta, Israel lanzó una poderosa ofensiva en el territorio palestino. Hamás, catalogado como organización «terrorista» por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, sostiene que la operación ha dejado 22,185 muertos, mayormente mujeres y menores.