El gobernador Osvaldo Jaldo encabezó este sábado el acto de cierre de la 45ª edición de la Fiesta Nacional de la Feria, en la ciudad de Simoca, un evento que durante todo el mes de julio reunió a miles de visitantes en torno a una de las tradiciones más significativas del interior tucumano.
La jornada estuvo marcada por una fuerte carga simbólica: Jaldo recorrió a caballo los alrededores del predio ferial, acompañado por autoridades provinciales y municipales, en una clara muestra de respeto por las raíces gauchas de la provincia. Participaron también su esposa Ana María Grillo; el ministro del Interior, Darío Monteros; el secretario de Gobierno, Raúl Albarracín; la diputada nacional Gladys Medina; los legisladores Gerónimo Vargas Aignasse y Marcelo Herrera; el intendente anfitrión Elvio Salazar; los jefes municipales Francisco Caliva (Tafí del Valle) y Francisco Serra (Monteros); y el secretario de Grandes Comunas, Marcelo Santillán. En sulky, Ana María Grillo y Gladys Medina acompañaron el desfile tradicional.
Además, el Gobernador entregó equipamiento para los puesteros de la feria, fortaleciendo así el entramado productivo de la ciudad, donde se estima que trabajan más de 9.700 feriantes.
En su discurso, Jaldo destacó el valor cultural del evento: “Vinimos a acompañar a este gran intendente que tiene Simoca, a su legislador Marcelo Herrera, y a cada uno de los concejales que trabajaron con la municipalidad para que esta fiesta se desarrolle con tanto éxito. Hemos visto no solo a tucumanos, sino también turistas de provincias vecinas e incluso visitantes del exterior. Simoca trasciende los límites de la Argentina. Esto tiene que ver con nuestra historia, nuestra cultura, nuestras raíces. Menos pantallas y más identidad, eso es lo que debemos transmitir a los jóvenes”.
El gobernador también rememoró su infancia en Trancas, y habló de la importancia de vivir las tradiciones desde el lugar del ciudadano común: “Por más que uno sea gobernador, nunca deja de ser ciudadano. Esto no se trata de un gesto institucional, se trata de ser parte, de vivir las tradiciones como cualquier vecino. Eso es lo que nos une como tucumanos y como argentinos”.
Por su parte, Marcelo Herrera, legislador por la zona, hizo hincapié en el impacto económico de la fiesta: “Hoy están trabajando 9.755 feriantes. Se activa todo el circuito comercial de Simoca: carnicerías, pollerías, almacenes, transporte, todos se ven beneficiados. Estas fiestas no son simples celebraciones, son motores de nuestras economías regionales y guardianes de nuestra identidad cultural. Cada vez vemos más niños y jóvenes bailando, tocando la guitarra o montando a caballo. Esa es la garantía de que nuestras tradiciones no van a desaparecer”.
También el intendente Elvio Salazar puso en valor el trabajo sostenido que implica sostener esta celebración: “Durante toda la semana se trabaja para recibir al turista. La feria es todos los sábados del año, pero en julio se viste de fiesta. Hoy cerramos esta edición, pero ya estamos preparando las actividades de agosto, porque esto es lo que sostiene la economía de nuestra ciudad”.
Finalmente, Darío Monteros, ministro del Interior, remarcó el rol de la feria como motor económico: “No se trata solo de cultura, también estamos hablando de microeconomía. Detrás de cada puesto hay familias que se preparan durante la semana, productores que apuestan al trabajo. Estas fiestas dinamizan el consumo interno y fortalecen el arraigo. Por eso, desde el Gobierno de Osvaldo Jaldo, acompañamos con compromiso estos espacios de encuentro”.