El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, se refirió este miércoles 27 de agosto a los incidentes ocurridos en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, donde el presidente Javier Milei fue agredido durante una caravana política. El mandatario provincial expresó un firme rechazo a los hechos de violencia política, subrayando la necesidad de resguardar la convivencia democrática.
Las declaraciones se realizaron durante la inauguración de un nuevo puente sobre el Río Marapa, en el departamento Graneros, donde Jaldo aprovechó el acto para marcar su postura frente al ataque que generó repercusión en todo el país.
“Repudiamos públicamente estas actitudes, vengan de donde vengan. No debemos permitir que en democracia ocurran este tipo de agresiones. La democracia nos costó mucho conseguirla y debemos cuidarla”, manifestó el gobernador tucumano.
Llamado a la paz y a la convivencia democrática
En su discurso, Jaldo enfatizó la importancia de evitar la escalada de hechos violentos en un contexto político marcado por la cercanía de las elecciones del próximo 26 de octubre, en las que Tucumán y el país renovarán bancas legislativas.
“Pedimos que todos los partidos cuiden la democracia. Los candidatos deben poder expresar sus propuestas libremente y los ciudadanos votar en paz”, remarcó el mandatario provincial.
El gobernador recordó que la democracia argentina atravesó un largo proceso de consolidación, motivo por el cual consideró necesario que tanto dirigentes como ciudadanos preserven los valores de tolerancia y respeto mutuo.
Contexto del incidente en Lomas de Zamora
El hecho que motivó el pronunciamiento de Jaldo ocurrió en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, donde el presidente Javier Milei encabezaba una caravana política. Durante el recorrido, el jefe de Estado fue objeto de agresiones físicas y verbales, lo que despertó el repudio de diferentes sectores políticos e institucionales a nivel nacional.
La seguridad presidencial intervino de inmediato y los incidentes no pasaron a mayores, aunque el episodio generó un fuerte debate sobre los límites de la confrontación política en un clima electoral cada vez más tenso.