El presidente Javier Milei consiguió un triunfo contundente en las elecciones legislativas al obtener el 40,84% de los votos, lo que representa 8,7 millones de sufragios. Este resultado le permitió ampliar su poder legislativo, con 101 diputados propios y aliados, y consolidar el color violeta en 16 provincias del país. La victoria de La Libertad Avanza (LLA) dejó en crisis al peronismo y abrió una nueva etapa política en Argentina.
El Frente Patria, principal fuerza opositora, quedó 14 puntos por debajo, mientras que Provincias Unidas alcanzó apenas el 7% de los votos. En el Senado, la nueva distribución dejó a Fuerza Patria lejos del quórum, generando una división en tercios imperfectos que obliga al oficialismo a buscar acuerdos para avanzar con sus reformas.
Desde el escenario central, Milei interpretó los resultados como un plebiscito a su gestión, pero también destacó la necesidad de “dialogar con gobernadores y fuerzas políticas con representación parlamentaria” para alcanzar consensos. En un tono más moderado, convocó a la oposición “dialoguista” y reiteró su intención de encarar reformas estructurales de segunda generación.
Durante su discurso, agradeció a figuras clave de su gabinete, entre ellos Guillermo Francos, Luis “Toto” Caputo, Santiago Bausili y Gerardo Werthein, a quien reconoció por su gestión ante Estados Unidos. Además, tuvo un especial reconocimiento para Karina Milei y Santiago Caputo, quienes integran el núcleo más cercano al Presidente.
La Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, se consolidó como una de las grandes ganadoras de la jornada. Fue una de las primeras en hablar con la prensa, junto al presidente de Diputados, Martín Menem, en una clara muestra de fortaleza interna. En tanto, Guillermo Francos fue ratificado informalmente como jefe de Gabinete, tras semanas de rumores sobre su salida.
Otro de los protagonistas de la jornada fue Diego Santilli, quien logró revertir una desventaja de 15 puntos en apenas 18 días de campaña y se impuso en un distrito históricamente peronista. Su victoria refuerza la idea de que el peronismo puede ser derrotado en sus bastiones tradicionales.
En contraste, el peronismo atraviesa una fuerte crisis interna. Las tensiones entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof se acentuaron tras la derrota. La expresidenta atribuye la caída al gobernador por adelantar los comicios bonaerenses, mientras que Kicillof responsabiliza a Cristina por el armado de listas que excluyó a sectores propios.
En el plano económico, los mercados reaccionaron positivamente. Se espera una suba de bonos y acciones, y el ministro Luis “Toto” Caputo anticipó que se mantendrán las bandas de flotación cambiaria sin sobresaltos. El resultado electoral le otorga al Gobierno un respaldo político clave para sostener el rumbo económico y avanzar con las reformas prometidas.
Por su parte, Provincias Unidas mantendrá 20 bancas en Diputados y se perfila como un bloque estratégico para la negociación legislativa, especialmente en el debate del presupuesto nacional. Sin embargo, el desempeño de sus referentes —como Juan Schiaretti en Córdoba y Maximiliano Pullaro en Santa Fe— mostró limitaciones hacia 2027.
La jornada electoral consolidó a Javier Milei como el principal líder político del país, fortaleció a su equipo más cercano y reconfiguró el tablero político nacional. El Presidente, con más poder parlamentario y respaldo ciudadano, enfrenta ahora el desafío de transformar su victoria en gobernabilidad.




