Cada 24 de septiembre, Tucumán se convierte en escenario de una jornada que une historia, fe y tradición. Se trata de la conmemoración a Nuestra Señora de la Merced, también conocida como Virgen de las Mercedes, patrona de la provincia y Generala del Ejército Argentino. Este título le fue otorgado por Manuel Belgrano en 1812, luego de la victoria patriota en la Batalla de Tucumán, un episodio decisivo en la lucha por la independencia argentina.
El origen de la devoción a la Virgen se remonta al siglo XVI, con la llegada de los mercedarios a la región. Su primer templo fue levantado en Ibatín, el asentamiento original de la ciudad. Tras el traslado de San Miguel de Tucumán a su ubicación actual, la orden construyó una iglesia en la esquina de las calles Virgen de la Merced y 24 de Septiembre. En 1687, el Cabildo de Tucumán proclamó oficialmente a la Virgen como Patrona de la ciudad, consolidando un culto que con el tiempo se volvería inseparable de la identidad tucumana.La Batalla de Tucumán y el rol de la Virgen
El vínculo entre la Virgen y la historia nacional se fortaleció en septiembre de 1812. Antes de enfrentar a las tropas realistas, muy superiores en número, Belgrano encomendó la causa de la independencia a la intercesión de la Virgen de la Merced. Tras la victoria en la Batalla de Tucumán, el general ofreció su bastón de mando a la Virgen y la declaró Generala del Ejército Argentino. Este gesto selló un lazo simbólico entre la fe mariana y el nacimiento de la patria.
Desde entonces, la imagen de la Virgen ha acompañado tanto a los tucumanos como a las fuerzas armadas en momentos clave de la historia. La memoria colectiva recuerda este episodio como un ejemplo de cómo la religiosidad y la política se entrelazaron en los años de la emancipación.
La Basílica y las celebraciones
La Basílica Nuestra Señora de la Merced, también llamada Parroquia La Victoria, se convierte cada año en el centro de los homenajes. Allí se celebran misas, actos solemnes y procesiones que convocan a miles de fieles. La imagen de la Virgen es llevada en procesión por las calles del centro de la ciudad, en un encuentro multitudinario que reafirma el vínculo de la patrona con su pueblo.
La celebración no se limita al ámbito religioso. También constituye un recordatorio de la importancia de la Batalla de Tucumán en la historia argentina. Así, el 24 de septiembre combina la memoria histórica con la devoción popular, en un ritual que refuerza la identidad tucumana.
La Patrona de Tucumán
En 1912, el Papa Pío X proclamó oficialmente a la Virgen de la Merced como Patrona de Tucumán, consolidando más de un siglo de veneración. Para los tucumanos, la Virgen representa protección en tiempos de dificultad, unidad en la fe y un lazo directo con el pasado de la independencia.
Cada año, miles de devotos participan en la procesión y expresan su gratitud. La Virgen es considerada por muchos como un símbolo de amparo y como parte esencial de la memoria de la provincia. El 24 de septiembre trasciende lo meramente litúrgico: es también un día de reafirmación histórica y cultural.
Tucumán: fe e historia
El 24 de septiembre es más que una fecha en el calendario religioso. Representa la unión entre la fe de un pueblo, la historia de la independencia argentina y la devoción mariana que atraviesa generaciones. Tucumán, además de ser Cuna de la Independencia, es también tierra de profunda religiosidad popular, que cada año late con fuerza bajo el manto protector de la Virgen de la Merced.