El Gran Premio de Abu Dhabi 2025 marcó un punto de inflexión en la historia reciente de la Fórmula 1. Tras años de dominio, Max Verstappen cedió el trono frente al avance firme y constante de Lando Norris, quien logró coronarse por primera vez como campeón del mundo. El piloto británico de McLaren cerró la temporada con un rendimiento decisivo que le permitió quedarse con el campeonato por apenas dos puntos de diferencia sobre el neerlandés.
El título de Norris se sustentó en siete poles y siete victorias, números que reflejan una temporada de gran consistencia para el equipo de Woking. El logro, además, anticipa un cambio significativo en la categoría: para 2026, el dorsal #1 dejará de pertenecer a Verstappen y pasará a manos del nuevo campeón mundial.
La jornada en Abu Dhabi presentó un desarrollo estratégico en el que cada movimiento tuvo impacto directo en la lucha por el título. Norris, consciente de que los resultados del fin de semana definirían la temporada, optó por un enfoque más conservador en la largada. Esa cautela generó momentos de tensión cuando Oscar Piastri lo superó por el exterior en la curva 9, aprovechando un compuesto con menor agarre, mientras que Charles Leclerc, con un Ferrari difícil de controlar, también lo presionó en las primeras vueltas.
Aun así, el piloto británico mantuvo la calma. A pesar de los riesgos que implicaba ceder posiciones en el inicio, las cuentas seguían funcionando a su favor en la clasificación general. La lucha por el campeonato se transformó entonces en un ejercicio de precisión estratégica.
Uno de los puntos clave de la carrera se dio cuando George Russell, desde la quinta posición, intentó un undercut que obligó a McLaren a cambiar los planes. La escudería decidió adelantar la parada de Norris para proteger un podio que, a esa altura, era fundamental para mantener la ventaja en la tabla. Esa decisión lo dejó enfrentándose al tráfico de la zona media, situación que evocó comparaciones con recordadas batallas de otros años, como la de Fernando Alonso contra Vitaly Petrov en 2010.
Con cada vuelta, el piloto británico fue recuperando ritmo y construyendo la posición necesaria para asegurar el campeonato. Mientras tanto, Verstappen completó un fin de semana sólido, pero insuficiente para revertir la diferencia mínima que separaba a ambos en el campeonato.
La definición dejó cifras ajustadas y una sensación clara en el paddock: la temporada 2025 marcó un cambio de era. El ascenso de Norris, acompañado por el crecimiento competitivo de McLaren, reconfigura el panorama para un 2026 que se anticipa con altas expectativas, especialmente por los cambios reglamentarios y el inminente movimiento de pilotos y equipos que ya proyectan una nueva etapa en la Fórmula 1.




