Esta semana se puso en escena la figura de Luis Rafael Piccinetti, un caso para el análisis de psicólogos, sociólogos o especialistas en criminología. Era “el prófugo más buscado” de Tucumán que alcanzó su fama de mujeriego, con frases como “me gustan las mujeres más que comer a las 12”.
El profesor de aeróbic y masajista se fugó dos días antes de conocerse la condena por el crimen del agricultor José Salas, en Trancas, el 15 de julio de 2007, en complicidad de su amante Silvia Lai, esposa de la víctima. El crimen, el triangulo amoroso, y las constantes declaraciones del condenado, conmovieron a esa ciudad ,ubicada en el norte de la provincia.
Entre ellas se recuerda cuando dijo que “había tenido relaciones con casi la mitad de las mujeres de Trancas”. El imaginario popular señalaba que eso también originó muchos pedidos de divorcio en el lugar. Pero también llego al extremo de buscar esta comparación: “A Jesucristo lo mataron… ¿era culpable?”.
No la pasaba mal
Doce años después a Piccinetti lo encontraron en Bolivia, con identidad falsa y estaba en pareja con una mujer de buen pasar económico, según las versiones conocidas desde el momento de la captura.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, el 17 de abril de este año publicó la resolución 346/2019, por la que ofrecía “500 mil pesos de recompensa para quien aporte datos certeros que ayuden a capturarlo”. Esto se hizo a pedido de la Cámara Penal, Sala IV del Centro Judicial Capital, presidida por el doctor Emilio Páez de la Torre que mediante Oficio N° 10421, de fecha 07 de noviembre del año 2018, solicitó que se “ofrezca recompensa para aquellas personas, que sin haber intervenido en el hecho delictual, brinden datos útiles que permitan lograr la aprehensión de Piccineti”.
Su traslado
Un largo periplo tuvo la semana pasada. Fue detenido en Cochabamba y en su traslado intervinieron Interpol Bolivia, Gendarmería Nacional del Escuadrón 21 de nuestro país, y un equipo del Grupo CERO de la Policía de Tucumán que lo escoltó desde la localidad de Cabo Vallejo, en el límite entre nuestra provincia y Salta. Ahora está en el pabellón de máxima seguridad en la cárcel de Villa Urquiza.