En vísperas de una tradición muy arraigada en nuestro país, la doctora Fernanda del Valle Saravia, médica generalista del Hospital Avellaneda, brindó importantes recomendaciones sobre el consumo del té de ruda el primer día de agosto. Esta costumbre, transmitida de generación en generación, busca proteger la salud y alejar las enfermedades, pero su ingesta no está exenta de riesgos que deben ser tenidos en cuenta.
Según explicó la especialista, el té de ruda está totalmente contraindicado en niños debido a que puede provocar intoxicaciones, vómitos y diarrea. En el caso de las mujeres embarazadas, su consumo podría aumentar las contracciones intestinales y uterinas, con el riesgo de generar eventos prematuros o complicaciones en la gestación.
La doctora señaló que, si bien los adultos pueden mantener la tradición, es fundamental hacerlo con moderación. “Lo recomendable es ingerir solo uno o dos sorbos para evitar posibles intoxicaciones”, detalló Saravia. Además, subrayó que las personas con enfermedades preexistentes deben ser especialmente cuidadosas, ya que la ruda puede interactuar con ciertas condiciones o tratamientos.
Uno de los puntos clave para reducir riesgos es asegurarse de que la planta provenga de fuentes confiables y frescas, evitando así posibles contaminaciones o confusiones con otras especies. En cuanto a la preparación, la médica advirtió que no debe hervirse la planta, ya que esto potencia los efectos adversos. La infusión se debe realizar dejando reposar las hojas en agua caliente, pero sin llegar al punto de ebullición.
El té de ruda forma parte de un conjunto de prácticas populares que tienen fuerte arraigo en la cultura argentina. En el imaginario popular, agosto es considerado un mes de enfermedades y de sucesos desafortunados. Por eso, existe la creencia de que beber té de ruda en ayunas el 1° de agosto ayuda a protegerse de todo mal. Esta costumbre se repite año tras año en muchos hogares, combinando la tradición con la fe popular.
No obstante, los profesionales de la salud insisten en que las tradiciones no deben poner en riesgo la salud. “Lo fundamental es no dar té de ruda a niños ni embarazadas debido a sus posibles efectos adversos”, enfatizó Saravia, recordando que el respeto por las costumbres debe ir acompañado de información y responsabilidad.