Este lunes, una poderosa tormenta invernal azotó grandes áreas del este de Estados Unidos, dejando un saldo de cinco muertos, interrupciones masivas en los servicios y el caos en los viajes desde el valle de Ohio hasta Washington. Más de 350.000 personas se quedaron sin electricidad y 1.800 vuelos fueron cancelados, según datos de Poweroutage.us y FlightAware.
El Servicio Meteorológico Nacional alertó sobre nevadas de hasta 30 centímetros en Washington, donde las calles y edificios amanecieron cubiertos de blanco. Los gobernadores de Kentucky, Misuri, Virginia y Maryland declararon estado de emergencia, pidiendo a la población que se mantuviera en casa para evitar accidentes en las peligrosas carreteras.
La tormenta dejó escenas impactantes, como vehículos derrapando en autopistas heladas en Kansas y semirremolques chocando contra barreras. En Misuri, un camión atropelló a un peatón, mientras que un choque múltiple en Kansas cobró la vida de dos personas.
Con temperaturas por debajo de -18 °C en algunas zonas y la amenaza de tornados en el sureste, las autoridades advierten sobre el riesgo de cortes eléctricos prolongados y carreteras intransitables. El presidente Joe Biden monitorea la situación y ha ofrecido apoyo a los estados afectados.