La Universidad Nacional de Tucumán (UNT), a través de la Resolución N.º 11995/2025, oficializó la creación del Parque Universitario Dr. Julio Faustino Segundo Prebisch, un predio de 22 hectáreas destinado a la educación, la extensión académica y la concientización ambiental.
El acto se formalizó el 2 de octubre de 2025 por decisión del rector Ing. Sergio Pagani, quien destacó la importancia de este espacio que integra el patrimonio universitario desde 1971, tras una expropiación del Estado Nacional con destino a la educación pública, libre y gratuita.
Aunque gran parte del terreno está ocupado por la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria, la porción destinada al parque —separada por el Camino de Sirga— siempre estuvo vinculada a actividades académicas.
Un homenaje a Julio Prebisch
El parque lleva el nombre de Julio F. S. Prebisch, quien fue rector de la UNT en dos períodos (1929–1933 y 1937–1940). Durante su gestión, impulsó la adecuación institucional a los postulados de la Reforma Universitaria de 1918.
La resolución universitaria establece un paralelismo entre aquel proceso de transformación académica y la nueva iniciativa ambiental, señalando que ambos proyectos tienen carácter intergeneracional y buscan consolidar una reforma de fondo en las responsabilidades institucionales, hoy enfocadas en el cuidado ambiental como aporte a la ciencia y la cultura.
Diseño del parque y objetivos
El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Oscar Chelela, quien explicó que se concibió el parque con un fuerte carácter didáctico.
“El parque es, ante todo, didáctico”, expresó. Ya se completó el trazado central de caminerías con accesos dobles, mientras que avanzan los anillos de circulación que conectan recorridos secundarios.
Uno de los puntos destacados es la Plaza del Claustro, concebida como el corazón simbólico del parque. Este espacio contará con una fuente de agua en movimiento constante y cuatro pilares representando docencia, investigación, extensión y gestión. La obra de iluminación fue diseñada por la UNT y será ejecutada por la Municipalidad de Yerba Buena.
El proyecto también promueve la participación de distintas unidades académicas. Por ejemplo, la Facultad de Artes podrá organizar actividades culturales, mientras que investigadores del Instituto Miguel Lillo ya estudian la avifauna presente en las lagunas de laminación.
Bosques nativos y sentido comunitario
El parque tendrá dos sectores diferenciados:
- Oeste: bosque con especies nativas.
- Este: especies introducidas, adaptadas a la región.
“Se busca fomentar el desarrollo de un sotobosque autóctono semejante al de la selva pedemontana”, explicó Chelela. Actualmente cuenta con más de 1.100 árboles, de los cuales 900 son nativos.
En una convocatoria conjunta entre la UNT, la Municipalidad de Yerba Buena y vecinos de la zona, se plantaron 500 ejemplares, fortaleciendo el vínculo con la comunidad y generando un marcado sentido de pertenencia.
Un aula a cielo abierto
Para Manuel Pachado, jefe de Emergencias del Parque Sierra San Javier, este nuevo espacio urbano refuerza el compromiso ambiental de la UNT:
“Este parque se convertirá en una escuela a cielo abierto, con un fuerte componente de educación ambiental”, destacó.
Los guardaparques desempeñarán un papel clave en la preservación del lugar y en la transmisión de valores ambientales a la comunidad. Pachado subrayó que el beneficio inmediato para los vecinos será la sombra y un espacio adecuado para la vida comunitaria.
Proyecciones
El proyecto continuará con la finalización de las caminerías, la consolidación de la Plaza del Claustro y la integración de facultades y equipos interdisciplinarios.
La iniciativa apunta a promover el uso racional de los recursos naturales, la preservación del patrimonio natural y cultural, y la educación ambiental como herramienta formativa para toda la sociedad.