El proyecto de vigilancia entomológica (estudio científico de insectos) busca consolidarse como una herramienta de tipo sensor a partir del uso de ovitrampas. El trabajo se realiza semanalmente en un lapso de un año.
Al respecto, la jefa del departamento de Prevención de Riesgos Ambientales, ingeniera Julieta Migliavacca, contó: “Este es un proyecto que estamos desarrollando entre el Ministerio de Salud Pública y la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT. Estamos colocando 90 ovitrampas distribuidas en tres sitios, 30 en cada lugar. Una de estas zonas es el Barrio 11 de marzo donde tuvimos brote de dengue. Allí elegimos 10 casas y dentro de cada una pusimos tres ovitrampas que son frascos que tienen un papel que genera como una materia orgánica y atrae a la mosquita a poner el huevo. A los seis o siete días, debemos retirar esas ovitrampas para que el huevo no pase a su siguiente estadío que es la larva. Ayer tocó el retiro de ovitrampa y hoy las lleve a Horco Molle, donde los especialistas hacen el conteo de huevos”.
A su vez, indicó que “venimos con una curva descendente, es decir que cómo la temperatura está cambiando y bajando, nos ayuda a que haya menos cantidad de huevos, con lo cual tendremos menos cantidad de circulación del vector”.
Este proyecto de vigilancia se realizará durante 12 meses en las mismas casas, que son en tres lugares diferentes, dos donde hay brote y un lugar testigo que es Horco Molle, para comparar cómo se comporta el mosquito en diferentes ambientes.
“Si hacemos operativos de descacharreo o limpieza, fumigación, tendría que bajar la cantidad. Esto es una medida de la eficacia de las acciones de control vectorial que nosotros estamos tomando y también de cuestiones de la naturaleza. Nos va a ayudar a prender una luz de alarma cuando empiece a aumentar la oviposición de la mosquita para empezar a trabajar de vuelta en las actividades de prevención”, recalcó la referente.
En tanto, la doctora en biología y docente investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT, Gabriela Quintana, comentó: “Nos encontramos trabajando en colaboración con la Dirección de Salud Ambiental en un proyecto cuyo fin es consolidar una herramienta tipo sensor que consta en una vigilancia entomológica a partir del uso de ovitrampas. El trabajo se realiza semanalmente por al menos un año, para detectar en la próxima estación, que es a partir de septiembre/octubre, lo que nos permitirá disponer de datos de abundancia de huevos de aedes aegyptis. Esto servirá de alerta para cuando regrese la actividad de este mosquito, poder intervenir y adelantarse a un futuro brote”.
Cabe destacar que también participan del proyecto: los licenciados Giselle Rodríguez, Denise Fuenzalida, José Dirini Mancini, y la doctora Luciana Díaz Briz.