La 97ª edición de los Premios Oscar tuvo de todo: sorpresas, humor y emociones. Mientras Anora se alzó con el triunfo, Emilia Pérez dejó un sabor agridulce. Conan O’Brien debutó como presentador con su característico ingenio, iniciando la gala con una hilarante parodia junto a Demi Moore, en una referencia al thriller La Sustancia. Su aparición en el escenario, tras una escena surrealista de cambio de cuerpos, marcó el tono de una noche cargada de momentos memorables.
Uno de los discursos más impactantes vino de Yuval Abraham, codirector de No Other Land, que ganó como mejor documental. La cinta retrata la realidad de los palestinos bajo ocupación israelí y su mensaje no pasó desapercibido. Al recibir el premio, Abraham denunció la destrucción de Gaza y llamó a una solución política sin supremacía étnica, señalando que la política exterior estadounidense obstaculiza ese camino. Su intervención fue uno de los pocos momentos explícitamente políticos de la ceremonia.

El tributo más emotivo fue para Gene Hackman, fallecido recientemente en circunstancias que aún investiga la policía. Morgan Freeman lideró el homenaje al icónico actor, recordándolo como un gigante de la industria. «Ganó dos Óscar, pero más importante, ganó el corazón de los amantes del cine», expresó Freeman, conmoviendo a los presentes. Por su parte, Kieran Culkin protagonizó uno de los momentos más simpáticos de la noche al revelar que su esposa le prometió un tercer hijo si ganaba un Óscar, un pacto que ahora deberá cumplir.

La gala también celebró la historia de James Bond, justo después de que sus productores cedieran el control creativo de la franquicia a Amazon. Halle Berry presentó un tributo con imágenes icónicas de los distintos 007, mientras Lisa, Doja Cat y Raye interpretaron inolvidables temas de la saga. Con espectáculo, emoción y sorpresas, los Óscar 2025 demostraron que, a pesar de los cambios en la industria, el cine sigue siendo el gran protagonista.
